Seguidores

viernes, 6 de abril de 2012

Y afuera que caiga el sol

Todavía no viví lo suficiente como para asegurar esto que digo, pero creo que mi personalidad observadora y reflexiva me ha permitido comprender algunas cosas que estoy tratando de aplicar. Con sólo unos 16 años en este mundo, tengo la costumbre de marearme buscándole el sentido a todo. Lo positivo es que a mi corta edad ya tengo la certeza de que nunca le encontraré el sentido a tanto. Sin embargo, estoy convencida de algo que muchos repiten a diario: vinimos al mundo para ser felices. En lo personal, nunca he conocido a alguien que haya sido feliz sin hacer feliz a otro, a una pareja, a un amigo, a un familiar, a una mascota, o a una planta. Ser feliz está íntimamente relacionado con "hacer feliz". Quizás muchos no estén de acuerdo con mi teoría y eso lo respeto completamente; podrán decir que para ser felices no es necesario la existencia de un otro. Quizás estemos hablando de distintos tipos de felicidad, pero al menos yo, nunca conocí a alguien que haya sido feliz sin hacer feliz a otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario