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miércoles, 4 de abril de 2012

Family portrait

Estoy siendo testigo de la desintegración de una familia a la que llegué tarde. No es la primera vez que me pongo a razonar, y así, llego a darme cuenta del accidente que fui y soy. No soy una chica de dieces, no tengo un comportamiento ejemplar, no siempre contesto como se debe, no hago todo lo que tengo que hacer, no, no, no, no. Pero trato, trato y trato y trato, tanto en mi casa como en el exterior; doy lo mejor de mi, doy todo lo que puedo dar, y sé que no alcanza, y trato de rodearme de gente que se conforme con lo que puedo dar, y cada vez es menos esa gente que me brinda su verdadero apoyo incondicional. Lo peor es que ya están siendo demasiados los días en que mi familia no está cuando de verdad necesito ayuda. No somos muy unidos, no nos contamos todo; entre todos nos respondemos un simple y seco "nada" cuando nos preguntamos ¿que te pasa? o ¿que contas? que se yo, boludeces. De a momentos es como si estuviera en una casa llena de desconocidos cuya única forma de comunicarse es gritando. Cosas así frustran, mucho. Y por más que la gente me diga tenés mil razones para sonreír, no estés mal, sabés que conmigo vas a contar siempre... se los agradezco de corazón, pero sinceramente eso no me sirve, sé que gente del exterior no puede hacer mucho para ayudarme, pero así no. Y todo esto que escribo es obra de mi estado de ánimo, y del de las personas que me pusieron así.
En fin, ojalá se me pase rápido, no me gusta estar así, todo es una mierda.
Chau :(

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